Estoy en ese limbo desaFortunado donde estoy demasiado joven y demasiado vieja.
Los hombres buscan o viejitas sabrosonas para aprender más.... o jovencitas precoces y con actitud para enseñar. Y es una moncerga realizar que ya no puedo ir para atrás.
Soy (a pesar que mi hermana Penelope diga lo opuesto) veinteañera de en medio, del limbo. Del "no me pelen, condenados". Busquen a sus Lolitas o a sus Bellas de día. Kubric, un pedófilo... o Buñuel, un grotesco.
¿Qué tienen de malo las veinte-en-medieras? Nada, ABSOLUTAMENTE no hay nada, más que el canijo afán de encajar en SUS estándares, de ser de SU agrado. De presumirle a la amiguita que una está bien. De salir cada jueves a cenar con las mismas amigas, al mismo lugar, en la misma situación. Ir a un bar, antro, guateque, baile o concierto y sentirse "fuera del nicho de mercado". ESO ES LO MALO.
No tenemos la culpa. A los 23 perdimos el encanto para ustedes. Lo recobraremos 17 años después. Esto es un ardid de las compañias de vodka y de condones. Lo sé. ¡Al carajo con el calentamiento global! Esta es la verdadera crisis. ¿Cuál liberación? ¿Cuál equidad?
